El alcalde Jesús Julio Carnero ha señalado que la solución definitiva para el viaducto del Arco de Ladrillo debe ser un túnel soterrado para vehículos y otro para trenes.

En la noche entre este jueves y viernes comenzaron las restricciones en el viaducto como parte de la obra de emergencia del Ayuntamiento de Valladolid, con el cierre de un carril en sentido salida de la ciudad.

Es Imesapi la empresa encargada de las obras, que colocó vallas para limitar la circulación a un solo carril de salida.

Un informe técnico señala el riesgo existente por el estado obsoleto de las defensas laterales, lo que ha llevado a la intervención urgente del Ayuntamiento para garantizar la seguridad del viaducto.

El alcalde ha defendido la necesidad de la intervención por responsabilidad, priorizando la seguridad por encima de cualquier otra decisión futura.

Carnero destaca la importancia de asegurar un túnel soterrado para vehículos y otro para trenes en el viaducto, aunque enfatiza que en este momento la prioridad es garantizar la seguridad y circulación en la ciudad.

Las obras tendrán un costo de aproximadamente 2 millones de euros y durarán cerca de un año, con restricciones de tráfico durante todo el proceso.

El concejal de Tráfico y Movilidad defiende las restricciones como la única opción para evitar el colapso en la movilidad de la ciudad, dada la falta de alternativas al viaducto del Arco de Ladrillo.

Se han sugerido rutas alternativas para los vallisoletanos, como la avenida de Zamora por el sur y el túnel de Andrómeda por el norte, ante la restricción de otras vías cercanas.