BRUSELAS/VALLADOLID, 21 Nov. – La Junta de Castilla y León ha reafirmado su compromiso con la movilidad sostenible, destacando la importancia de que la Unión Europea lidere una transformación “justa, gradual, ordenada y realista” de la industria automotriz. Este enfoque busca adaptarse a las características específicas de cada región, garantizando que la transición no impacte negativamente en el empleo ni en la economía local.
En un discurso reciente en el Grupo Interregional sobre el Futuro de la Industria Automotriz (Corai) del Comité Europeo de las Regiones, la vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco, subrayó la determinación de la Comunidad por seguir un camino que considerando no solo la sostenibilidad, sino también la justicia y el orden durante esta transición hacia una movilidad más ecológica y neutral en emisiones, alineándose con las estrategias establecidas por la Unión Europea.
Blanco hizo énfasis en cómo Castilla y León se establece como un referente industrial en el ámbito automotriz, con una producción que representa el 20% de las fabricaciones nacionales y un considerable ecosistema profesional que incluye 35,000 empleos y 150 proveedores. Sin embargo, la vicepresidenta afirmó que, aunque el vehículo eléctrico es un elemento crucial para este cambio, no es el único, y destacó la necesidad de incorporar diversas tecnologías, incluyendo soluciones híbridas y aquellas que utilizan hidrógeno.
Ante un entorno internacional “complejo” marcado por la escasez de materias primas y el aumento de costos debido a tensiones geopolíticas, la representante del Gobierno regional advirtió que es fundamental abordar la transformación del modelo industrial automovilístico europeo de manera efectiva. Este proceso debe ser “gradual, ordenado y realista”, teniendo en cuenta las particularidades de cada comunidad para que todas puedan beneficiarse y adaptarse adecuadamente.
Asimismo, Blanco también hizo un llamado a la flexibilidad en la normativa de la Unión Europea, específicamente en lo relativo al reglamento ‘Euro 7’ sobre emisiones contaminantes, sugiriendo que cualquier proceso de cambio no debería comprometer el empleo ni la salud económica de la industria.
En esta línea, se enfatizó la necesidad de desarrollar una herramienta robusta de seguimiento y evaluación de impacto que permita identificar posibles desafíos y brechas a lo largo de este proceso transformador. Esta herramienta sería esencial para asegurar que los cambios se implementen de manera que beneficien a todos los involucrados.
La también consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades puso de relieve el potencial de los fondos 'Next Generation EU', afirmando que estos recursos podrían desempeñar un papel central en esta transición. No obstante, subrayó la imprescindible elaboración de propuestas prácticas a través del ‘Corai’ que faciliten la adaptación de dichos fondos a las necesidades emergentes del sector automotriz, especialmente en términos de capacitación y reciclaje profesional de los trabajadores.
Para alcanzar estos ambiciosos objetivos, Blanco destacó la importancia de fomentar una colaboración estrecha entre las distintas regiones y los actores clave de la industria, así como con otras instituciones europeas. A su vez, remarcó la necesidad de fortalecer el Diálogo Social, el cual ha sido un punto clave de identidad en Castilla y León para avanzar en una misma dirección.
Con este enfoque comprensivo y colaborativo, Castilla y León se encuentra preparada para llevar a cabo esta transición gradual y ordenada hacia la movilidad sostenible, concluyó la vicepresidenta. Esta transformación representa no solo una oportunidad crucial para modernizar el ecosistema industrial de la región, sino también para consolidar la posición del sector automotriz autonómico en el competitivo mercado europeo.
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