En la localidad de Belorado, en Burgos, un grupo de monjas se enfrenta a la amenaza de desalojo de su convento. Estas religiosas han dejado claro que solo reconocen la autoridad de los Tribunales de Justicia para ordenar su salida, y han denunciado las posibles acciones violentas para llevar a cabo ese desahucio.

Ante la posibilidad de ser expulsadas por la fuerza, las monjas han asegurado que ningún desalojo ha sido ejecutado de esa manera, sino que han sido comunicadas por Pablo de Rojas y José Ceacero sobre la necesidad de abandonar el lugar.

En un comunicado, las monjas excomulgadas de Belorado han expresado que han decidido separarse de la Iglesia Conciliar para preservar sus creencias y continuar con su vida dedicada a la Fe Católica en el monasterio.

Ante acusaciones de estar involucradas en una trama inmobiliaria, las religiosas han defendido su derecho a permanecer en el convento como legítimas propietarias, exhibiendo el título de propiedad que respalda su presencia en el inmueble.

En medio de esta disputa, las monjas excomulgadas de Belorado desafían cualquier intento de desalojo sin una resolución judicial adecuada, y afirman su derecho a permanecer en el monasterio que han ocupado durante años en el ejercicio de su vocación religiosa.