En Castilla y León, la Atención Primaria, especialmente en Medicina Familiar, se enfrenta a la posibilidad de convertirse en un desierto sanitario si no se toman medidas urgentes y contundentes por parte de los responsables de Sacyl y del Gobierno autonómico.
Según Enrique Vega, responsable de Sanidad de CSIF Castilla y León, la situación es cada vez más alarmante. Tras quedar vacantes 47 plazas de médicos de familia en la región, la situación empeoró con la renuncia de dos residentes y la no incorporación de otros 13.
Vega destaca que otras comunidades autónomas están ofreciendo incentivos y alicientes para atraer y retener a los profesionales de la salud, mientras que en Castilla y León la cobertura de plazas para médicos de Medicina Familiar solo alcanza el 67,4% de las ofertadas.
En cuanto a las plazas libres en Familia en las gerencias de Atención Primaria de Castilla y León, CSIF detalla que se reparten de la siguiente manera: una en Ávila, otra en Salamanca, 26 en Burgos, una en León, 7 en El Bierzo y Ponferrada, una en Palencia, 3 en Valladolid, 11 en Soria y 6 en Zamora.
CSIF presentó un paquete de medidas en octubre de 2021 para mejorar las condiciones laborales de los sanitarios y atraer profesionales a la región, pero Vega insiste en la necesidad de que la Junta de Castilla y León tome decisiones valientes para abordar esta crisis en la Atención Primaria.
Enrique Vega critica la proposición de ley presentada por el Gobierno autonómico en mayo para atraer y retener profesionales sanitarios, considerando que no ofrece suficientes incentivos. Advierte que la carencia de médicos podría extenderse a la enfermería si no se actúa rápidamente, ya que todas las bolsas de trabajo de enfermería están agotadas y se está contratando por debajo de las necesidades para el verano.
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