Este viernes, cientos de ganaderos han marchado hacia la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca para protestar contra la inmovilización del ganado, una medida adoptada para evitar la propagación de enfermedades como la lengua azul.

La manifestación pacífica ha dado un giro violento cuando decenas de asistentes han intentado entrar dentro de las instalaciones. Algunos de ellos usaron vallas y bastones para golpear los cristales, y la policía tuvo que intervenir para evitar la entrada.

Los representantes de la organización convocante, Unión por la Ganadería, ya estaban dentro del edificio cuando se produjo el altercado. Tras pedir calma a los manifestantes, han vuelto a salir para seguir con la protesta.

Esta protesta es el resultado de la frustración de los ganaderos, que han visto cómo la inmovilización del ganado ha afectado gravemente a su negocio en los últimos meses. Aunque la medida es necesaria para proteger la salud de los animales y de la población, los afectados piden más ayudas y soluciones para paliar las pérdidas económicas.

Es importante que las autoridades tomen medidas para escuchar las demandas de los ganaderos y encontrar soluciones efectivas. La agricultura y la ganadería son dos pilares fundamentales de nuestra economía, y es necesario proteger a quienes se dedican a estas actividades para garantizar su subsistencia y la de sus familias.