El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, establecido en Simancas (Valladolid), ha entregado un libro del siglo 1605 a la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, el cual presentaba "graves alteraciones" que dificultaban su consulta debido a su complejo formato de pliegues.
Esta acción forma parte del programa de apoyo que ha mantenido con la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca desde 2006, con el objetivo de garantizar la conservación del patrimonio bibliográfico asociado a los fondos de las Bibliotecas Históricas Universitarias, según información proporcionada por la Delegación Territorial de la Junta en Salamanca.
El libro, publicado en Venecia en 1605, es de gran rareza y uno de los pocos de su edición que se conservan. Perteneció a la congregación de los Jesuitas y se cree que pasó a la biblioteca durante la desamortización.
El autor, Lorenzo Pignoria (1571-1631), conocido como 'Laurentius Pignorius' o 'Menippus', fue un historiador, filósofo, anticuario y sacerdote italiano, y en esta obra identificó a las deidades egipcias representadas en la Tabla Isíaca, una placa de altar en bronce de posible origen romano (siglo I) dedicada a la diosa Isis que apareció en Roma en 1527.
El estado de conservación del libro presentaba graves alteraciones que impedían su consulta, principalmente debido a la necesidad de plegar y desplegar sus páginas. Con el paso del tiempo, se crearon pliegues no originales, arrugas, deformaciones, pérdidas e importantes roturas hasta fragmentarlos.
Gracias a los tratamientos de restauración, los expertos lograron estabilizar los materiales mediante procedimientos de limpieza en seco, desacidificación, consolidación y unión de los segmentos. Se priorizó el respeto y la conservación de los elementos originales para documentar el volumen histórico del libro.
Finalmente, se realizó la digitalización del ejemplar como parte de las medidas de conservación preventiva y para facilitar su consulta. El libro consta de 53 hojas con texto en latín, una portada con la imagen del muelle de San Marcos y grabados finales que reproducen la Tabla Isíaca en un formato de 140 por 99 centímetros.
Los grabados, realizados mediante técnica calcográfica, representan las figuras de los dioses egipcios con sus atributos entre jeroglíficos. También incluyen elementos zoomorfos, híbridos y un título que originalmente no formaba parte de la Tabla Isíaca. Cada grabado está formado por segmentos adheridos que se despliegan para conformar una imagen completa dentro del libro.
Las hojas de texto y la encuadernación presentaban alteraciones diferentes, como acidez en el papel y problemas con la inclusión de grabados de varios formatos. También se observaron deformaciones en la cubierta de pergamino, desgarros en las costuras y cabezadas deshechas.
Los expertos han señalado que la encuadernación no corresponde al lugar de edición original del libro, ya que probablemente fue encuadernado en el destino final del ejemplar. La envoltura de pergamino es flexible y económica, con guardas de papel distinto según las filigranas.
Además, se identificó un fragmento impreso en el interior del lomo, que trata de un texto religioso comentando una obra de San Agustín. Este trabajo de restauración ha sido fundamental para preservar este valioso libro y facilitar su acceso a futuras generaciones.
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