El 4 de noviembre, en Lugo, se llevó a cabo un relevante encuentro entre los presidentes de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. En esta reunión, ambos líderes enfatizaron la necesidad de una colaboración estrecha entre sus comunidades, destacando la urgencia de combatir la desigualdad territorial y abogando por inversiones prioritarias en la región del Noroeste, especialmente en el contexto del Corredor Atlántico.

Este diálogo se enmarcó en el 'II Foro Ancares: os retos do Noroeste', un evento organizado por 'El Progreso' y 'Diario de León', que tuvo lugar en la majestuosa Catedral de Lugo. A la cita asistieron no solo los presidentes, sino también miembros de ambos gobiernos autonómicos, así como diversas autoridades y representantes sociales comprometidos con el desarrollo regional.

Ambos presidentes coincidieron en que la clave para lograr avances significativos es fortalecer la colaboración con otras comunidades autónomas, haciendo énfasis en la importancia de trabajar junto a Asturias, gobernada por el socialista Adrián Barbón, donde ya se han establecido pactos en temas como financiación. Al mismo tiempo, no dudaron en criticar al Gobierno central por su falta de atención a las necesidades de sus territorios.

En su análisis, abordaron temas fundamentales como la necesidad de fijar población en sus comunidades, enfocándose en la mejora de infraestructuras y el desarrollo económico. Rueda y Mañueco señalaron la "corrupción" que consideran afecta al presidente Pedro Sánchez y lamentaron la ausencia de Presupuestos Generales del Estado, manifestando que esta situación pone en riesgo nuevas inversiones en Galicia y Castilla y León.

Rueda argumentó que la falta de presupuestos imposibilita la ejecución de inversiones necesarias, añadiendo que cualquier gobierno europeo responsable Daría la palabra a su ciudadanía en circunstancias similares. Reiteró también la urgencia de avanzar en el Corredor Atlántico y en la mejora ferroviaria en las ciudades de Lugo y Ferrol, manifestando que no puede existir una Galicia con desigualdades en su desarrollo.

El presidente gallego hizo hincapié en la necesidad de crear "oportunidades económicas" para evitar la despoblación. Defendió la importancia de facilitar el emprendimiento, siempre dentro del marco legal, criticando a aquellos que se oponen a proyectos como el de Altri en Palas de Rei. Además, abogó por una planificación eléctrica que apoye el desarrollo local, acusando al Gobierno central de dejar a la provincia sin conexión eléctrica para evitar este tipo de iniciativas.

Por su parte, Mañueco también defendió la urgencia de establecer una política energética sólida y criticó la falta de dirección política que, según él, ha llevado a la pérdida de inversiones cruciales en sus territorios. Subrayó que el Gobierno que lidera Sánchez fomenta un "modelo de España de dos velocidades", abogando por un mayor enfoque en el Noroeste, resaltando la necesidad de dar prioridad a la España interior en la agenda estatal.

El mandatario castellano-leonés reafirmó que la promoción del Corredor Atlántico del Noroeste es una exigencia compartida, incluso por líderes de otros colores políticos, lamentando la tardanza en la elaboración de un plan director para esta infraestructura. Se refirió también a la necesidad de concluir otras obras clave como el Nudo del Manzanal, la Ruta de la Plata y diversas autovías, además de compartir la preocupación por los peajes y su impacto en la movilidad de los ciudadanos.

En cuanto a la situación del medio rural, tanto Rueda como Mañueco hicieron hincapié en la necesidad de implementar medidas de "discriminación positiva" que ayuden a equilibrar el acceso a recursos energéticos y de comunicación en todo el territorio. Esta estrategia, según ellos, es esencial para fomentar el desarrollo equitativo entre las ciudades y las áreas rurales.

Respecto a la gestión de incendios, un tema que ha cobrado relevancia tras los devastadores incendios del verano anterior en ambas comunidades, Mañueco subrayó que este asunto debe ser tratado como una cuestión de Estado y abogó por la realización de una Conferencia de Presidentes para abordar la crisis de forma conjunta, indicando su frustración por la falta de respuesta por parte del Gobierno central.

Rueda respaldó estas ideas, enfatizando la importancia de la prevención y la necesidad de recursos adecuados para la extinción de incendios. Puso de relieve que la responsabilidad de prevenir estos desastres no debe recaer únicamente en las administraciones, sino también en los propietarios, quienes deben asumir la limpieza de sus terrenos. Con un tono firme, concluyó que la sanción es necesaria para asegurar que todos cumplan con sus obligaciones para proteger el entorno.