Sentencian a seis años y medio de prisión a un hombre por dejar ciego a su vecino en Arroyo tras un ataque con botella.
VALLADOLID, 29 de noviembre. La Audiencia Provincial de Valladolid ha dictado una dura sentencia contra Soufian S.G., un joven de origen marroquí, al que se le ha impuesto una pena de seis años y medio de prisión por su implicación en un incidente violento ocurrido el 12 de junio de 2022 durante las festividades de Arroyo de la Encomienda. La víctima de este ataque, un vecino de la localidad, sufrió lesiones tan graves que resultó tuerto tras ser golpeado con una botella.
La decisión de la Sección Segunda de lo Penal implica que Soufian ha sido hallado culpable de un delito de lesiones, tipificado como cualificado por la pérdida de un órgano principal, sin que se hayan considerado circunstancias que atenuaran su responsabilidad criminal. Junto a la condena de prisión, el tribunal también ha ordenado que el joven debe indemnizar a la víctima con una suma cercana a los 119,000 euros, los cuales cubrirán las lesiones sufridas, las secuelas permanentes y otros daños personales, de acuerdo a lo anunciado por fuentes jurídicas a Europa Press.
La fundamentación de la sentencia se basa en el testimonio de varios testigos, quienes en el juicio se mostraron firmes al identificar a Soufian como el individuo que llevaba la botella en el momento del ataque. Un testigo clave relató haber visto cómo Soufian propinaba el golpe a la víctima, algo que fortaleció la acusación durante el juicio.
Las peticiones de la Fiscalía de Valladolid y de la acusación particular fueron contundentes, solicitando penas de nueve y doce años, respectivamente, para el acusado. Durante el juicio, Soufian admitió que se encontraba en las fiestas esa noche junto con un amigo, pero rechazó sin ambigüedades cualquier implicación en la agresión a José F.F., la víctima, en medio del tumulto de una 'macropelea' que tuvo lugar cerca del 'peñódromo'.
El joven defendió su versión de los hechos mencionando que, antes del ataque que le atormenta, ocurrió una primer altercado en una fiesta donde varias personas resultaron heridas, incluyendo a un conocido suyo. Según su relato, fue tras esta primera confrontación que su grupo, buscando a los responsables, se desplazó al 'peñódromo', donde se desencadenó otra pelea, más grave, que terminó en la brutal agresión a José F.F.
A pesar de las alegaciones del acusado de no haber estado involucrado, el daño causado a la víctima fue devastador. José F.F. fue golpeado con una botella rota en el rostro, lo que le provocó la ruptura de su globo ocular y la pérdida total de la visión de su ojo derecho. Las acusaciones públicas han sustentado que fue Soufian quien causó esta lesión tan grave.
El propio Soufian, aunque niega haber participado en la agresión, fue detenido poco después de que la situación se tornara violenta, por una patrulla de la Guardia Civil que le interceptó mientras intentaba escapar con otros jóvenes. Según él, decidió huir al percatarse del desbordado nivel de violencia que se había desatado.
El testimonio de Félix M., otro herido en la misma pelea, fue también capital para la causa. Aunque inicialmente no identificó a Soufian, en el juicio cambió de versión, asegurando que ahora podía reconocerlo como el autor del botellazo, aludiendo a que había 'recuperado la memoria' transcurridos casi tres años desde el suceso.
Testigos adicionales que presenciaron el ataque, como María Clara C. y Fernando Francisco M., también fueron convocados a declarar. Mientras que María Clara no presenció el momento exacto de la agresión, afirmó haber visto a Soufian sosteniendo una botella rota. En contraste, Fernando Francisco no pudo asegurar en el juicio que Soufian fuese el agresor 'al cien por cien'.
La declaración de la víctima, José F.F., fue particularmente impactante. Aseguró no haber tenido tiempo de ver a su atacante antes de ser golpeado sorpresivamente en el rostro. Como resultado de esta horrenda agresión, José no solo sufrió severas lesiones, sino que también ha visto alterada su vida radicalmente. Después de la cirugía, a la cual fue sometido de inmediato, se le colocó una prótesis ocular con fines estéticos.
La historia de José es desgarradora: “¡Me han partido la vida a la mitad!”, expresó con angustia, mientras aún busca apoyo psicológico y psiquiátrico para afrontar su nueva realidad. Su esposa, visiblemente afectada, narró cómo la gravedad de las lesiones ha transformado su vida cotidiana y la imposibilidad de José para continuar su trabajo como camionero tras veinticinco años en la profesión.
A pesar de las condenas solicitadas, la defensa de Soufian, la cual ya ha indicado su intención de apelar la decisión ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, argumentó la falta de pruebas concluyentes y la posibilidad de que otro joven de características físicas similares al acusado haya sido el autor del ataque. Este enfoque se apoyó en testimonios que indicaron que el verdadero agresor vestía una cazadora militar, prenda que amigos de Soufian atribuyeron a otro joven llamado Mamuh, quien, junto con el hermano de la víctima, también buscaba venganza por el primer altercado.
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