El 18 de septiembre en Valladolid, la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT (UGT FICA) ha alzado la voz para exigir que se retomen las reuniones de la Fundación Anclaje, en el contexto del cierre de la planta de Azucarera en La Bañeza, León. Desde la última reunión, que tuvo lugar hace más de dos meses, no se han dado pasos significativos hacia la búsqueda de soluciones industriales que mitiguen el impacto negativo de esta decisión en la región.

A través de un comunicado compartido por Europa Press, UGT recordó que, en la anterior reunión, la empresa había asumido un compromiso de volver a reunirse para discutir propuestas que facilitaran un proceso de reindustrialización. Sin embargo, el sindicato ha expresado su preocupación ante la falta de indicios sobre la convocatoria de dicha reunión.

En su declaración, el sindicato insistió en la necesidad urgente de reactivar el grupo de trabajo, con el objetivo de buscar soluciones efectivas que beneficien al tejido empresarial y socioeconómico de la provincia de León. UGT ha calificado a Azucarera como una empresa que ha manejado la situación con “una total falta de ética y moral”, afirmando que desde que se anunció la reestructuración que llevó al cierre de la planta, la gestión ha sido un “despropósito absoluto”.

La Secretaria General de UGT FICA Castilla y León, Sandra Vega, no dudó en calificar la situación como un “auténtico circo”, resaltando la falta de compromiso y gestión por parte de Azucarera, que ha generado un impacto negativo considerable en la economía de La Bañeza y la provincia de León.

Después de un periodo “más que prudencial” de espera sin respuesta por parte de la Junta de Castilla y León, UGT FICA ha formalizado su solicitud para reanudar el trabajo del Grupo. Esta petición se dirige directamente a la Junta, dado que es la única instancia que puede convocar la Mesa de la Fundación Anclaje, según explicó Vega.

De acuerdo con el sindicato, el grupo de trabajo contará con la participación del secretario general de UGT FICA León, Rene Rodríguez, dado que el impacto de la reestructuración ha sido especialmente agudo en La Bañeza. Vega también subrayó la responsabilidad que tiene la Junta en la salvaguarda del tejido económico e industrial de la provincia.

En relación al conflicto de La Azucarera, Vega recordó que, aunque la Junta mostró un apoyo verbal a La Bañeza, estas fueron “palabras vacías” carentes de soluciones reales, señalando al Gobierno central como el responsable del futuro de la planta.

Con el cierre de la planta de La Bañeza ya consumado, Vega reiteró la importancia de que la Junta busque alternativas viables y soluciones para una comarca que ha sufrido gravemente debido a esa decisión. Igualmente, instó a Azucarera a cumplir con su compromiso de explorar “posibles alternativas” para la región y para la provincia de León en su conjunto.