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Una familia de águilas calzadas sorprende en la Fuente de la Fama de Valladolid

Una familia de águilas calzadas sorprende en la Fuente de la Fama de Valladolid

El pasado miércoles, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, se unió al equipo del Proyecto Pennatus para participar en el anillamiento de tres jóvenes águilas calzadas nacidas en el Campo Grande, un acontecimiento que marca un hito en la historia de la avifauna urbana de la ciudad.

Este notable suceso tuvo lugar en la emblemática plaza de la Fuente de la Fama, donde una pareja de águilas calzadas (hieraaetus pennatus) ha establecido su hogar en un gran pinsapo, algo muy inusual en el hábitat urbano. Por segundo año consecutivo, estas aves han logrado criar tres polluelos, superando la media habitual de uno o dos crías en esta especie.

Carnero destacó la importancia de la presencia de estas águilas en el centro del parque, subrayando que su anidación en un entorno urbano es un fenómeno excepcional que merece ser apreciado y protegido. “Es increíble que una pareja de águila calzada haya optado por construir su nido tan lejos de su hábitat natural”, señaló el alcalde.

El responsable del Proyecto Pennatus, Ignacio García Dios, añadió que cada vez es más frecuente observar rapaces en las ciudades, donde se sienten más seguras y encuentran abundantes fuentes de alimento, desde aves como palomas hasta pequeños mamíferos.

Además, García Dios elogió la capacidad de estas águilas para criar en un entorno tan concurrido como el Campo Grande, señalando que este comportamiento podría ofrecer información valiosa sobre cómo las especies del Paleártico se adaptan a ambientes altamente urbanizados.

Los esfuerzos de monitoreo de las águilas forman parte de la iniciativa Caminos de Biodiversidad Urbana, impulsada por el Ayuntamiento de Valladolid en colaboración con la Fundación Biodiversidad. Este programa está incluido en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea mediante el programa NextGenerationEU.

El alcalde también enfatizó la relevancia del Campo Grande como un espacio rico en biodiversidad y un reflejo de la calidad ambiental de Valladolid, afirmando que si las águilas calzadas decidieran abandonar el área, sería una señal de que las condiciones ecológicas no son las adecuadas.

El águila calzada, que pesa alrededor de un kilogramo y presenta una envergadura de 1,20 metros, es conocida por su migración transahariana, pasando el verano en el sur de Europa y los inviernos en África, concretamente en el Sahel y otras regiones subsaharianas.

Se cree que esta pareja de águilas comenzó a anidar en la ciudad durante la pandemia, y en el año 2024 lograron sacar adelante su primera nidada de dos hembras. Del mismo modo, el Proyecto Pennatus ha seguido su trayectoria migratoria, donde una de las crías viajó hacia Burkina Faso y la otra hacia Nigeria, pero sólo una ha regresado a la península este año.

Cabe mencionar que el Sahel representa desafíos significativos para la supervivencia de estas aves, ya que son cazadas sin restricciones por allí. A pesar de esto, el águila calzada está protegida a nivel internacional y nacional, figurando en la Ley de Patrimonio Natural y en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

Las águilas calzadas, conocidas por su escaso vínculo familiar, suelen migrar solas, cada miembro de la pareja y sus crías eligen diferentes destinos en África. Sin embargo, durante la época de cría, son fieles a su territorio y a su pareja, lo que aumenta la posibilidad de que regresen juntas al nido la próxima primavera.

El equipo de investigación está colocando dispositivos de seguimiento GPS en los jóvenes águilas, lo que les permitirá recopilar datos sobre su ecología y comportamientos migratorios. Esta actividad se realiza cuando los pollos tienen alrededor de 35 días, justo cuando están a punto de empezar a volar.

Un miembro del equipo subió al árbol para recoger los tres aguiluchos mientras la madre estaba fuera buscando alimento. Con mucho cuidado, los especialistas realizaron el proceso de anillamiento en menos de 10 minutos, asegurándose de devolver a cada ave al nido con la máxima suavidad.

Para complementar el monitoreo, se ha instalado una cámara de fototrampeo en el nido, lo que permitirá al Proyecto Pennatus observar de cerca momentos cruciales de la crianza, como la puesta de huevos y la eclosión, obteniendo así datos que pueden ser cruciales para la conservación de esta y otras especies.

Desde el Ayuntamiento también se mencionaron los beneficios que esta iniciativa puede aportar, no solo a nivel medioambiental, sino también en términos de turismo y educación. La posible creación de rutas ornitológicas podría ofrecer a los ciudadanos y visitantes la oportunidad de conectar con la naturaleza y aprender sobre estas valiosas aves en su hábitat.