La región de Zamora se encuentra en estado de alerta tras la devastación provocada por incendios que han arrasado más de 11.000 hectáreas desde el pasado domingo. El fuego, que comenzó en Molezuelas de la Carballeda, ha extendido su impacto a más de 30.000 hectáreas, afectando también a la provincia de León, y dejando un saldo alarmante de 7.000 hectáreas consumidas en tierras zamoranas.

Este desastre se ve agravado por otro incendio que se desató el lunes por la tarde en Puercas de Aliste, que hasta el momento ha destruido 4.500 hectáreas más. La situación ha llevado a una reacción urgente de las autoridades, quienes informan que, aunque los incendios se encuentran en vías de control, siguen siendo una gran preocupación para la población local.

Fernando Prada, delegado de la Junta en Zamora, ha señalado que las labores de extinción están comenzando a dar resultados positivos. Cerca de 900 personas evacuadas del área de Molezuelas pudieron regresar a sus hogares recientemente, mientras que más de mil residentes de la comarca de Aliste también fueron autorizados a regresar a casa este jueves.

La progresiva contención del fuego en Puercas de Aliste ofrece un rayo de esperanza. Aunque el incendio, que fue más destructivo en la tarde-noche del martes, se encuentra prácticamente perimetrado, aún persisten algunos focos ígneos que están siendo vigilados de cerca por los equipos de bomberos.

No obstante, la comunidad zamorana enfrenta una nueva amenaza: un incendio proveniente de la provincia de Orense que podría trasladarse a la comarca de Alta Sanabria. Los residentes de varias localidades, como Castromil y Hermisende, están siendo precatidos ante posibles evacuaciones inminentes y se ha preparado un albergue en Puebla de Sanabria para acoger a quienes tengan que abandonar sus hogares.