Cierra el fin de semana en Castilla y León con 19 incendios, 11 de ellos de intensidad grave, y 8 permanecen activos.
En la provincia de León, la situación se ha vuelto crítica debido a la reactivación del incendio en Fasgar y la aparición de dos nuevos focos en Molinaseca y Garaño, lo que ha llevado a la evacuación de casi 400 personas. Este panorama alarmante destaca la vulnerabilidad de nuestras comunidades ante el avance del fuego, exacerbado por un clima cada vez más hostil.
En un fin de semana marcado por la creciente amenaza de incendios, Castilla y León ha registrado un total de 19 incendios forestales, con once de ellos clasificados como de Alta Gravedad. El aumento de las temperaturas, combinado con la baja humedad y vientos irregulares, ha creado un escenario complicado, especialmente en León, donde el fuego ha devuelto a la primera línea de noticias una vez más.
Los informes del Gobierno autonómico, a través de la plataforma Inforcyl, resaltan que los incendios más preocupantes se concentran en León, así como en las provincias de Zamora y Palencia. Las reactivaciones y nuevos focos han sido particularmente pronunciados en León, siendo este un claro indicador del impacto que el cambio climático está teniendo en nuestra región.
La situación se agravó aún más a primera hora de la tarde, cuando se elevó el nivel de alerta a 2 en los incendios de Molinaseca y Garaño, lo que llevó a las autoridades a ordenar el desalojo de seis pueblos aledaños, afectando a un total de 381 vecinos. Esta drástica acción pone de relieve la gravedad de la crisis ambiental que enfrentamos.
Los municipios afectados en la zona de Garaño incluyen Viñayo, Piedrasecha, Portilla de Luna y Sagüera de Luna, mientras que en Molinaseca se evacuó la propia localidad y Lombillo de los Barrios, en un esfuerzo conjunto entre los servicios de emergencia y la Policía Nacional.
El incendio de Fasgar ha representado otro reto significativo, extendiéndose a las comunidades de Fasgar, Vegapujín, Posada de Omaña, Torrecillo y Barrio del Puente. Cada vez son más las localidades que se ven obligadas a reaccionar ante este flagelo, reflejando una problemática que exige atención y acción urgente.
Los incendios en León han llevado a que tres carreteras se cierren al tráfico, un signo de la creciente alerta en la región. Entre los incendios de mayor preocupación se encuentran los de Fasgar, Anllares del Sil y Llamas de la Cabrera, así como otros en Palencia y Zamora que han empezado a mostrar un impacto en comunidades adyacentes.
El fuego que se originó en Porto, Zamora, también ha cruzado a León, afectando a La Baña y llevando a la evacuación de sus residentes tras la reactivación de varios focos en la tarde del sábado. La respuesta de las autoridades y equipos de profesionales ha sido positiva durante la noche, aunque la amenaza sigue latente.
A pesar de que la evolución del fuego ha mostrado cierta mejoría, la lucha contra los incendios continúa, especialmente en el Cañón del Tera, donde los equipos enfrentan un panorama complicado que podría extenderse por varios días, dado el carácter desafiante del terreno.
Además, otros incendios de menor gravedad siguen activos en diversas localidades, desde Canalejas hasta varios puntos en Palencia, Zamora, Salamanca y Burgos. Mientras estos focos menores aún consumen recursos, es crucial reflexionar sobre la necesidad de abordar las raíces del problema y fomentar una cultura de sostenibilidad y cuidado ambiental.
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