La lucha contra la pobreza y la exclusión social en Castilla y León sigue siendo un desafío importante, según un informe presentado por la Red Europea de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social en la región. El informe revela que el perfil típico de una persona en situación de pobreza y exclusión social en Castilla y León es una mujer rural con hijos a su cargo. Esto pone de manifiesto la necesidad de abordar las desigualdades de género y las dificultades adicionales que enfrentan las mujeres en las zonas rurales.

El informe también destaca que unas 80.000 personas deberían haber salido de la pobreza en 2022 para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030. Aunque Castilla y León había estado cumpliendo con estos objetivos antes de la pandemia, aún no se han recuperado los niveles de progreso. En el último año, 27.000 personas han logrado salir del riesgo de pobreza en la región, pero todavía el 22,1% de la población sigue en esta situación.

A nivel nacional, Castilla y León se encuentra en el noveno puesto en la tasa AROPE, que mide la privación material, el riesgo de pobreza y la exclusión social. Aunque la región tiene mejores cifras que otros territorios, se ha observado una disminución menor en comparación con la disminución a nivel nacional. Además, la tasa de pobreza severa ha aumentado, lo que indica que cada vez más personas se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad económica.

Los datos revelan que actualmente hay 421.000 personas en situación de pobreza en Castilla y León, lo que representa un 17,8% de la población, y 170.830 de ellas están en situación de pobreza severa. Estas cifras no tienen en cuenta el impacto de la inflación, lo cual sugiere que la situación de las familias podría ser peor de lo que se refleja en el informe.

El informe también destaca otras formas de privación material y social en la región. Por ejemplo, el 34,7% de la población pobre tiene gastos de vivienda superiores al 40% de sus ingresos, y el 33,5% de las pensiones están por debajo del umbral de la pobreza. Además, se estima que alrededor del 5% de la población en Castilla y León experimenta privación material y social severa, lo que significa que no pueden permitirse 9 de los 13 factores básicos para una vida digna.

En respuesta a estos desafíos, los expertos y activistas en políticas sociales han resaltado la importancia de reconocer al Tercer Sector como aliado estratégico en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Además, han pedido el desarrollo de servicios sociales más accesibles, la complementariedad entre el Ingreso Mínimo Vital y la renta garantizada de la ciudadanía, políticas activas de empleo, y un sistema educativo inclusivo. También es necesario abordar la brecha digital y fomentar la participación de las personas en situación de exclusión en la toma de decisiones.

En conclusión, este informe destaca la urgencia de abordar la pobreza y la exclusión social en Castilla y León, especialmente en las zonas rurales y entre las mujeres con hijos a su cargo. Para lograrlo, se necesitan políticas sociales más sólidas y una mayor atención a las necesidades específicas de cada territorio. La pobreza no es solo un fracaso individual, sino un fracaso de nuestra sociedad en su conjunto, y es responsabilidad de todos luchar por una sociedad más justa y equitativa.