LEÓN, 14 Sep. - Un segundo celador del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de Astorga (León) se ha unido al encierro y huelga de hambre iniciada por Víctor Manuel Pérez Álvarez. La protesta se debe a la falta de pago de retribuciones por noches y festivos realizados en jornadas ordinarias de 17 o 24 horas, lo cual consideran una violación de sus derechos respaldada por la justicia.

El celador en cuestión es Fernando Fernández Castaño, quien ha remitido un vídeo a Europa Press en el que explica que su demanda es "justa y necesaria", ya que no está pidiendo algo irracional. Su objetivo con esta medida es que se reconozcan sus derechos sin tener que recurrir a vías judiciales, ya que han realizado reclamaciones a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León que han sido denegadas.

Hace más de cinco años, una decena de celadores solicitó percibir estas remuneraciones por noches y festivos, tres de ellos recurriendo al Contencioso Administrativo y obteniendo una resolución favorable. Víctor Manuel Pérez explicó que, en aquel momento, no se sumaron a las denuncias por razones económicas pero se acogieron a la existencia de una sentencia favorable.

Los demás trabajadores intentaron obtener una extensión de efectos de la sentencia para tener la misma resolución sin necesidad de recurrir al Contencioso Administrativo, pero se les denegó argumentando que buscaban un incremento patrimonial. Por tanto, fueron instados a acudir al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, donde también se les negó la solución debido a que la reclamación no alcanzaba los 15.000 euros.

Luego se produjo una negociación a nivel político con el entonces gerente del Sacyl, Manuel Mitadiel, de Ciudadanos. Sin embargo, en medio del proceso, se adelantaron las elecciones y Ciudadanos salió del Gobierno, lo que llevó a retomar el diálogo con el Partido Popular. Hasta el momento, no ha habido una respuesta, aunque la Unión del Pueblo Leonés ha presentado una propuesta en las Cortes de Castilla y León en apoyo a los trabajadores.

"Me di de plazo hasta después de verano. Si no sabía nada, me encerraría y comenzaría una huelga de hambre. Y aquí estoy", ha señalado Víctor Manuel Pérez. A pesar de haber sufrido un infarto y un ictus, está dispuesto a arriesgar su vida en esta protesta y llegar hasta el final.