La Fundación Triángulo expresa su desconfianza respecto a la aprobación de la ley LGTBI que se está discutiendo en las Cortes, señalando que las posibilidades son escasas.

VALLADOLID, 28 de junio.

Este sábado, alrededor de 500 personas, según datos de las autoridades, se unieron en Valladolid para celebrar el “Orgullo frente al odio”. La manifestación, organizada por la Fundación Triángulo junto a otras ocho entidades, tuvo lugar en conmemoración del Día del Orgullo LGTBIQ+.

Bajo el lema 'Avanzamos con Orgullo', la marcha comenzó poco después de las 12:15 horas en la plaza de Fuente Dorada, transitando por las principales arterias de la ciudad antes de concluir en la Plaza de Portugalete, todo bajo un radiante sol y altas temperaturas.

Durante el recorrido, los manifestantes corearon consignas como "Orgullo frente al odio", acompañados de una vibrante batucada. Las pancartas expresaban mensajes como 'Orgullosas y combativas', 'Existir con orgullo es vencer cada día' y '¿Desde cuándo amar es aventurarse al abismo?'.

En el evento, se hicieron presentes diversas figuras políticas, entre ellas la ministra de Igualdad, Ana Redondo, así como Lorena Valle, responsable de Igualdad del PSOE en Castilla y León. También asistieron Pedro Herrero, portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Valladolid, la concejala Rocío Anguita de Valladolid Toma La Palabra, y Francisco Ferreira, diputado provincial socialista, entre otros.

En su intervención, Yolanda Rodríguez, portavoz de la Fundación Triángulo en Castilla y León, mostró su escepticismo sobre la posibilidad de que la Ley LGTBI autonómica sea aprobada antes de que finalice la legislatura. "Es poco probable que una ley con un proceso de tramitación tan complicado, y justo en medio del verano, logre salir adelante", afirmó.

Además, Rodríguez calificó la reciente abstención del PP en las Cortes como "un brindis al sol", señalando que solo busca proteger sus intereses ante los colectivos LGTBI, coincidiendo con el Día del Orgullo. Subrayó que Castilla y León podría pasar otros cuatro años sin una ley que garantice los derechos y la protección de las personas LGTBI.