VALLADOLID, 17 de marzo. En un contexto de transformación social, los tribunales de Castilla y León han registrado un notable aumento en las disoluciones matrimoniales durante el primer trimestre de 2024. Un total de 4.044 demandas reflejan un incremento del 7,3% en comparación con el año anterior, según los datos recientes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El informe revela un incremento significativo en los divorcios consensuados, que alcanzaron las 2.434 solicitudes, un 11,2% más que en 2023. Por otro lado, los divorcios no consensuados también han tenido un ligero aumento, con 1.464 demandas este año, una cifra ligeramente superior a las 1.430 del año pasado, lo que marca un crecimiento del 2,3%.

En cuanto a las separaciones consensuadas, el número se ha elevado a 111, un ligero aumento respecto a las 104 documentadas en 2023. Sin embargo, las separaciones no consensuadas han sufrido una caída significativa, bajando de 47 a 33, un descenso del 29,7%. Además, las nulidades matrimoniales han sido escasas, con solo dos casos registrados en la comunidad en este periodo.

La incidencia de nulidades matrimoniales en Castilla y León se sitúa en 0,8 por cada millón de habitantes, notablemente inferior a otras comunidades. Las tasas de disolución matrimonial más altas del país se encontraron en Canarias (236,4 demandas por cada 100.000 habitantes), seguido de la Comunidad Valenciana y Andalucía, que superan la media nacional de 199.

En un análisis más amplio, las comunidades con tasas inferiores a la media incluyen Galicia, Navarra y Cataluña, todas con cifras que revelan un panorama diverso en cuanto a la estabilidad matrimonial en España. Mientras, Castilla y León presenta una tasa de disolución de 169,7, por debajo del promedio nacional.

Por otro lado, el número de demandas de modificación de medidas ha experimentado un incremento. En 2024 se presentaron 568 modificaciones consensuadas, lo que representa un 10,38% más que el año anterior. Asimismo, las demandas no consensuadas de modificación han alcanzado 1.432, un aumento del 4% con respecto a 2023.

Las solicitudes de guarda, custodia y alimentos de hijos no matrimoniales también han aumentado, alcanzando 774 consensuadas y 903 no consensuadas, lo que refleja un pequeño crecimiento de 7,7% y 0,66%, respectivamente, en comparación con el año pasado.

A nivel nacional, se contabilizaron 95.650 demandas de disolución matrimonial en 2023, marcando un aumento del 3,6% en comparación con el año anterior. Este repunte indica una tendencia hacia cifras más cercanas a las registradas en 2022, lo que pone de manifiesto un cambio notable en el comportamiento social respecto al matrimonio y sus disoluciones.

El CGPJ atribuye este incremento principalmente a las demandas de divorcio consensuado, mientras que las separaciones, tanto consensuadas como no consensuadas, se mantenido estables en general. Los datos indican que las demandas de divorcio consensuadas en 2024 llegaron a 55.146, aumentando un 4,4%, mientras que los divorcios no consensuados alcanzaron 37.080, un crecimiento del 2,8%.

Las separaciones han mostrado una tendencia a la baja, con 1.006 no consensuadas, lo que supone una disminución del 3,2%, y las consensuadas sumaron 2.355, con una leve reducción del 0,6%. Además, las nulidades matrimoniales en 2023 ascendieron a 63, lo que representa un incremento del 23,5% respecto al año anterior.

Al vincular este panorama con la población actual, el informe revela que la tasa de demandas de disolución matrimonial por cada 100.000 habitantes en España es de 199. Al igual que antes, las comunidades insulares y del levante siguen liderando estas estadísticas, lo que sugiere un sentimiento cambiante hacia la formalización y disolución de las uniones matrimoniales.

Finalmente, el informe del CGPJ destaca otro aumento significativo en las demandas de modificación de medidas consensuadas, con un total de 13.045, creciendo un 4,5% respecto al año anterior. En el ámbito de las modificaciones no consensuadas, se registraron 32.423 solicitudes, un 2,8% más que en 2023, reafirmando así la necesidad de adecuar las condiciones frente a la evolución de las dinámicas familiares.