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Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini defienden el cine argentino ante el embate de Milei: "Está destruyendo nuestra industria".

Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini defienden el cine argentino ante el embate de Milei:

VALLADOLID, 30 de octubre.

Los cineastas argentinos Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini han encendido las alarmas sobre la "crisis vital" que enfrenta su país desde la llegada al poder de la "ultraderecha" liderada por Javier Milei, afirmando que su administración ha transformado el panorama cultural en una "pesadilla" debido a los drásticos recortes impuestos.

En una rueda de prensa ofrecida este jueves durante la 70ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), Salinas expresó: "El cine en Argentina está siendo aniquilado en todas sus formas, desde las grandes producciones hasta los proyectos más modestos. La visión del Gobierno de Milei es que Argentina simplemente deje de producir cine y cultura".

Ambos directores presentan en el festival su obra "La noche está marchándose ya", un filme que se desarrolla en el contexto de los devastadores recortes culturales en su país y posiciona al cine como un refugio para aquellos en situaciones de marginación.

Esta producción, que marca su primera colaboración como directores tras ganar la Espiga de Plata en Seminci con "Mi última aventura" (2021), transporta al público al Cine Club Hugo de Carril en Córdoba, su ciudad natal. Este lugar simbólico refleja en su narrativa la realidad impactante provocada por los recortes culturales, centrándose en Pelu (Octavio Bertone), un proyeccionista que, ante la crisis del sector, se convierte en guardia de seguridad nocturno, convirtiendo su cine en un refugio para un grupo de indigentes mientras se proyectan clásicos del séptimo arte.

En su obra, Salinas y Sonzini defienden el cine popular frente a la creciente ola de populismo, utilizando un estilo visual en blanco y negro que ofrece una crítica cualitativa y humorística a la decadencia de Pelu, que corre paralela a la crisis de un espacio cultural que ha perdido su vitalidad debido a las políticas actuales.

Curiosamente, el protagonista, Octavio Bertone, también trabaja como proyeccionista en el cine club, reflejando la realidad de todos los involucrados en este proyecto, profundamente enraizado en la experiencia de los trabajadores de la cultura argentina.

Sonzini explicó que el filme surgió de tres elementos clave: una forma de "procesar la crisis" provocada por la administración de Milei, la elección del cine club como núcleo de la historia y la participación de Bertone, quien ya había trabajado con ellos anteriormente.

Salinas advirtió que rodar en el cine representó una manera de "exorcizar una pesadilla", ya que, aunque la situación actual del cine club no es del todo negativa, la gestión pública en Argentina es propensa a recortar cualquier área de la cultura sin contemplaciones.

El proceso de producción se llevó a cabo de manera acelerada, con apenas cuatro semanas para escribir el guion y tres para la preproducción, todo en un entorno que dificultó la creación de nuevas películas.

Ante los retos de realizar una producción de "muy pequeña escala", los cineastas decidieron optar por el blanco y negro, una elección que no solo facilitó el control sobre el material, sino que también remarcó el vínculo del filme con la tradición del cine que proyectan en el club –inspirándose en clásicos de Borzage, Ozu y McCarey–.

Salinas también mencionó que durante la posproducción se procuró añadir una textura que evocara las películas de la década de 1930, reflejando un contexto similar de crisis social, política y económica que Argentina vive actualmente.

Sonzini subrayó que, aunque la inestabilidad política siempre ha estado presente, la llegada de Milei hace un año y medio ha representado un punto de inflexión hacia una crisis profunda que ha afectado a todos. "Hemos visto la reducción drástica de oportunidades; pasamos de trabajar en múltiples proyectos a no tener ninguno para 2024", compartió Sonzini.

De esta forma, se hizo "imposible" para los cineastas no retratar esta crisis en "La noche está marchándose ya", aunque también encontraron espacio para "disfrutar" y "explorar el cine", dado que podrían enfrentar la posibilidad de no volver a rodar en el futuro.

La amenaza que plantea Milei, quien ve el cine como un "enemigo", crea un clima de preocupación entre los realizadores. Sin embargo, ellos continúan resistiendo, respaldados por una comunidad que comparte su situación de precariedad y solidaridad.

Salinas destacó que muchos optaron por trabajar en la película a pesar de las dificultades económicas, no porque esperaran que se presentara en Seminci, sino para no afrontar solos sus luchas en esos momentos críticos.

El filme refleja, al igual que su historia, cómo los habitantes de la calle, conocidos como 'naranjitas', encuentran en el cine club un refugio bajo la protección de Pelu, quien les ofrece un espacio de pertenencia.

Para ilustrar las consecuencias del contexto sociopolítico, el filme incluye la canción "La noche está marchándose ya" de José Luis Perales, adaptada al cuarteto, un género musical distintivo de Córdoba, lo que da lugar a la reflexión sobre el futuro incierto. "Este podría haber sido otro título de la película", admitió Sonzini, quien junto a Salinas comparte la incertidumbre de si podrán rodar en el futuro, pero asegura que no dejarán de "hacer cine", manteniendo su compromiso activo con espacios como el cine club.

Sonzini planteó que el "gran problema" radica en la "limitación" que representa no poder vivir del cine. A pesar de los obstáculos, confesó que es crucial no perder la "fe" en el futuro. "Debemos pensar en cómo imaginar un sistema público para el cine a largo plazo, uno que sea mucho mejor que el anterior, que a su vez era superior al actual, a pesar de sus fallas", reflexionó.

Salinas, por su parte, enfatizó que no se puede prever si Milei volverá a ganar, pero recordó que el cine argentino ha superado momentos más difíciles. "Los cineastas argentinos se han organizado y han resistido, tanto a nivel político como estético, a adversidades mucho más graves", concluyó.

Con esta mirada esperanzadora y llena de determinación, los cineastas se aferra a la posibilidad de seguir creando y aportar desde su Córdoba al enriquecimiento del cine argentino, una industria que hoy brilla con su presencia en la Semana Internacional de Cine de Valladolid.