La semana pasada, la atención se ha centrado en el Centro Penitenciario de Burgos, donde dos internos han logrado evadirse durante una actividad relacionada con el Camino de Santiago. Esta información fue confirmada a Europa Press por fuentes vinculadas a Instituciones Penitenciarias así como por voluntarios que colaboran en el centro.

Los reclusos se hallaban participando en una de las etapas del Camino, una actividad planificada que se realiza periódicamente, diseñada para facilitar la reinserción social de aquellos que cumplen sus penas en esta penitenciaria. Aparentemente, la fuga ocurrió en un momento libre durante su recorrido.

Cabe señalar que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria tiene el control sobre estas actividades, que se consideran esenciales para el proceso de reintegración de los internos. El establecimiento penitenciario de Burgos es reconocido por ser pionero en España en la implementación de estas iniciativas, promoviendo un enfoque humano hacia la rehabilitación.

Hasta el momento, esta actividad se había llevado a cabo en 14 ocasiones durante el presente año y 48 en el anterior, siempre con el regreso de los participantes a la prisión después de cada salida, según las mismas fuentes.

No obstante, la reciente fuga ha llevado a las autoridades a suspender todas las salidas y permisos hasta que se aclare la situación. Voluntarios que han estado involucrados en este proceso han expresado su descontento, señalando que las decisiones apresuradas pueden perjudicar a aquellos que se comportan de manera ejemplar, sosteniendo que las medidas deben ser justas y no basadas en el temor a la imposición de “sentencias ejemplarizantes”.

A una semana de la fuga, el paradero de los dos fugitivos sigue siendo un misterio. La situación ha reavivado el debate sobre cómo se gestionan estas actividades de reinserción y la necesidad de mantener un equilibrio entre la seguridad y las oportunidades de rehabilitación para los internos.