
ÁVILA, 22 de septiembre. La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha dado inicio a un ambicioso plan de restauración en las áreas de su cuenca que se vieron devastadas por los incendios forestales que arrasaron la región este verano. Las primeras acciones se han llevado a cabo en la localidad abulense de Molbentrán, un paso crucial para salvaguardar los recursos hídricos comprometidos por el fuego que, a finales de julio, consumió más de 2.200 hectáreas, principalmente en montes de utilidad pública gestionados por la Junta.
El enfoque principal de este esfuerzo de restauración se centra en la protección de la toma de agua de abastecimiento para El Arenal, ubicada en el río Arenal. Aunque este punto específico no fue devastado por las llamas, su cuenca ha sufrido un impacto significativo debido a los incendios, lo que hace necesaria una intervención inmediata.
En respuesta a esta situación, las autoridades han detallado que se implementarán técnicas de consolidación del terreno, como el uso de fajinas y albarradas, con la expectativa de reducir el transporte de cenizas y sedimentos hacia el cauce en un periodo de aproximadamente una semana.
La CHT ha enfatizado la importancia de la colaboración en este proyecto, asegurando que todas las acciones están coordinadas de manera efectiva con la Junta de Castilla y León para maximizar el impacto de las intervenciones.
Un estudio realizado por la CHT ha revelado la magnitud de los daños provocados por los recientes incendios en la demarcación, considerando aquellos que superaron las 500 hectáreas, basándose en la información proporcionada por el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
De acuerdo con este análisis, los feroces incendios forestales que azotaron la región en verano han dejado su huella en 48.348 hectáreas dentro de la cuenca del Tajo. La provincia de Cáceres ha sido la más afectada, acumulando un 76 por ciento de la superficie total afectada, equivalente a 36.542 hectáreas. Ávila le sigue con un 10 por ciento (4.677 hectáreas), mientras que Madrid y Toledo reportan un 8 y un 6 por ciento respectivamente. Salamanca, por su parte, ha perdido 411 hectáreas a causa del fuego.
Los efectos de estos incendios no solo han devastado terrenos forestales, sino que también han impactado directamente en 21 masas de agua y 914 kilómetros de cauces dentro de la cuenca, lo que subraya la necesidad de llevar a cabo acciones de restauración y conservación a la mayor brevedad posible.
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