La Junta destina más de un millón para expandir la red de calor ecoeficiente hacia el barrio de los Viveros.

VALLADOLID, 6 de julio.
La Junta de Castilla y León ha dado un paso significativo en su compromiso con la sostenibilidad al licitar la ampliación de la red de calor de la Universidad de Valladolid (UVa), un proyecto que se extiende hasta el barrio de Los Viveros. A través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl), esta iniciativa busca mejorar el acceso a calefacción y agua caliente en una zona que severamente lo requiere.
El anuncio, realizado el 30 de junio de 2025, contempla una inversión total de 1.039.158 euros y prevé que la obra se complete en un plazo de cuatro meses y medio. Este esfuerzo incluye no solo la instalación para las Viviendas Públicas que Somacyl está construyendo en la calle Jardines de Sabatini, sino también el Centro de Salud La Magdalena, garantizando así un acceso esencial a servicios básicos para la comunidad.
Más allá de las condiciones necesarias para llevar a cabo este trabajo, la Junta ha confirmado que no será preciso modificar la central de generación de energía, lo que implica una eficiencia adicional al utilizar los recursos ya disponibles para abarcar esta nueva área.
La red de calor sostenible de la UVa, que opera desde 2014 en el Campus Miguel Delibes, se ha convertido en un referente ambiental gracias a la implementación de cuatro calderas de biomasa, que ofrecen una potencia térmica total de 19.100 kW. Este sistema ya beneficia a 32 edificios públicos y ha requerido hasta ahora una inversión de 7.900.000 euros, generando no solo ahorros económicos, sino también estabilidad en el suministro energético.
La infraestructura incorpora un sistema de energía solar fotovoltaica para autoconsumo, contribuyendo a la producción de energía eléctrica necesaria. Además, cuenta con un almacenamiento de calor sensible de 3.500 m3, que permite acumular energía térmica durante la noche, cuando se reduce la demanda, para liberarla durante las horas de mayor consumo diurno, optimizando así el uso de recursos renovables.
La red de distribución se compone de dos ramales que transportan el calor de manera eficaz: uno interno al Campus Miguel Delibes y otro que se extiende hacia el corazón de la ciudad, proveyendo al Campus Esgueva y al Hospital Clínico. Las conducciones, específicamente diseñadas, utilizan tuberías de acero preaislado que garantizan un transporte eficiente de los fluidos térmicos.
En total, la red abarca cerca de doce kilómetros, con diámetros que varían desde DN 350 a DN 50, según el tramo, y está equipada con un sofisticado sistema de detección de fugas. El fluido caloportador, que es agua caliente, se maneja con un salto térmico de 20 grados entre la ida y el retorno, asegurando una operación eficiente.
Cada uno de los edificios conectados a esta red dispone de su propia subestación de intercambio de energía, instalada en las salas de calderas, lo que permite desacoplar la red externa del circuito interno de cada inmueble y favorecer la transferencia de energía térmica necesaria.
El sistema ha sido diseñado para funcionar automáticamente, interconectando todos los elementos (central, red de transporte y subestaciones) a través de una red de fibra óptica. Esta integración, sumada a un avanzado sistema de control y telegestión, optimiza la generación de energía en función de la demanda, maximizando la eficiencia y minimizando el consumo eléctrico y las pérdidas térmicas.
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