VALLADOLID, 2 Nov.
En un operativo reciente, la Policía Nacional de Valladolid ha arrestado a una mujer acusada de trata de personas con el objetivo de explotación sexual, tras retener y explotar a cuatro mujeres migrantes en condiciones alarmantes.
La operación, llamada 'Alaska', fue activada el 29 de octubre después de que una de las víctimas, en un estado de vulnerabilidad extrema, se presentó para declarar. Esta mujer, sin empleo ni permisos que le permitieran trabajar, y con la presión de sostener a su familia en su país de origen, se convirtió en objeto de manipulación por parte de la tratante.
Los investigadores, pertenecientes al Grupo III de la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF), identificaron rápidamente a la mujer responsable de la trata. Esta también era migrante y se aprovechó de la desesperación de su víctima para establecer un control absoluto sobre ella en un domicilio en Valladolid, forzándola a aceptar condiciones inhumanas para ejercer la prostitución.
La detenida no solo coordinaba la publicidad de los servicios sexuales de la víctima, sino que también se encargaba de negociar con los "clientes". A menudo, la mujer solo informaba a la víctima sobre lo que debía hacer después de haber cerrado los tratos, sin permitirle rechazar a clientes indeseables ni tomar un respiro si se encontraba enferma, dijeron las autoridades en un comunicado.
Aún más alarmante, la tratante fijaba las tarifas de los servicios, recibiendo el pago directamente de los clientes mientras solo le entregaba a la víctima una fracción de las ganancias. La víctima estaba obligada a estar disponible para recibir clientes en cualquier momento, con restricciones severas que solo le permitían salir del hogar un par de horas al día con la autorización de la proxeneta.
El control sobre la situación era extremo, con instalaciones de videovigilancia que permitían a la mujer monitorear a la víctima en todo momento, incluso si no estaba presente en el lugar.
Bajo estas circunstancias, las cuatro mujeres compartían un espacio hacinado en literas, mientras el resto del hogar permanecía destinado para el servicio a los clientes. La tratante mantenía un ambiente de aislamiento y miedo, amenazándolas constantemente con la posibilidad de ser expulsadas a la calle si no cumplían con sus estrictas regulaciones.
Estas circunstancias creaban un clima de terror para las víctimas, que además estaban en situación irregular en España, sin familiaridad con la ciudad de Valladolid ni conocimientos sobre sus derechos legales, lo que les dejaba sin opciones o un lugar seguro al que acudir.
Finalmente, la Policía Nacional detuvo a la mujer bajo la acusación de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Permaneció en custodia hasta ser puesta a disposición de las autoridades judiciales, que decidieron liberarla.
La Policía Nacional recuerda que dispone de una línea de atención al ciudadano, el 900 10 50 90, y un correo electrónico, [email protected], para facilitar la denuncia anónima y confidencial de estos delitos atroces.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.