El secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, ha criticado a los miembros del Gobierno regional de Castilla y León, acusándolos de ser los únicos que "hacen el ridículo" en lugar de centrarse en los temas importantes. Además, ha instado a aquellos que han elevado el tono de sus declaraciones a bajarlo.

Por su parte, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha llamado a los procuradores de las Cortes a reducir el nivel de confrontación verbal y dirigir su atención hacia lo verdaderamente relevante, es decir, en las necesidades de la gente. Asimismo, ha acusado al PSOE de crear ruido a través de la dirección nacional del partido, con el objetivo de ocultar sus propias vergüenzas.

El debate ha surgido tras la lectura de una Declaración Institucional en apoyo a Marruecos tras un reciente terremoto, y marca el comienzo del Pleno de las Cortes en Castilla y León. Durante esta sesión, Luis Tudanca ha preguntado al presidente si respalda las polémicas declaraciones del consejero de Empleo, Mariano Veganzones, quien insultó a los sindicatos, lo cual ha llevado a los socialistas a exigir su reprobación.

En respuesta, Alfonso Fernández Mañueco ha considerado que esta pregunta es un chiste y ha opinado que sería apropiado rechazar cualquier falta de respeto, independientemente de quién la cometa. Además, ha señalado que Tudanca ha guardado silencio cuando ha escuchado insultos y faltas de respeto provenientes de su propio grupo.

En su turno de réplica, Luis Tudanca ha reiterado que son los miembros del Gobierno regional quienes hacen el ridículo. Utilizando un tono irónico, ha comparado al vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, con el capitán de los vigilantes de la playa, en referencia a sus comentarios sobre su labor de control al Gobierno central.

Además, Tudanca ha criticado la gestión del presidente de la Junta, alegando que desde que asumió el cargo se han acabado los acuerdos, el decoro parlamentario y se ha producido el fin de la estabilidad institucional. También ha cuestionado el papel de Mañueco como líder de un Gobierno supuestamente tranquilo y centrado en la convivencia, expresando su desconcierto respecto a cuál es su verdadero trabajo y en qué mundo vive.