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Pietro Marcello rescata a Eleonora Duse, la "heroína" del teatro que Mussolini intentó instrumentalizar para el fascismo.

Pietro Marcello rescata a Eleonora Duse, la

VALLADOLID, 27 de octubre.

El director italiano Pietro Marcello presenta su nueva película, ‘Duse’, en la que revive la esencia de Eleonora Duse, una destacada representante del teatro que enfrentó su ocaso tras la Primera Guerra Mundial y en una Italia marcada por la dictadura de Mussolini.

En una rueda de prensa en la 70 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), donde el filme compite en la Sección Oficial, Marcello subrayó que su intención no era realizar un biopic convencional, sino transmitir el espíritu revolucionario de una actriz que, aunque pertenecía al siglo XIX, se mostraba sorprendentemente moderna. Duse vivió entre 1858 y 1924, una época en la que su arte rompió moldes.

El director eligió a la talentosa Valeria Bruni Tedeschi — reconocida como Mejor Actriz en Seminci por su papel en ‘Locas de alegría’ — para interpretar a esta figura tan emblemática. Bruni Tedeschi logra encarnar a una Duse llena de sensibilidad, reflejando la complejidad de una mujer que entrelazaba su vida personal con su carrera artística, sumergiéndose en un proceso de inmersión en el drama del teatro.

La historia comienza con Eleonora Duse, vestida de negro en luto, visitando a los soldados italianos en el frente. Este acto simbólico de humanidad se produce justo cuando Duse retorna de un largo retiro de doce años, motivado por las dificultades económicas tras la quiebra del Banco de Berlín que la dejó en la ruina.

El filme nos sitúa en el contexto del final de la Primera Guerra Mundial, un periodo difícil en Italia que marcaba el apogeo del fascismo. En este entorno sombrío, Duse decide regresar a los escenarios interpretando ‘La dama del mar’ de Ibsen, asociándose con un nuevo grupo de jóvenes actores.

Con esta obra, experimenta un renacer artístico, siendo aclamada como ‘La divina’. Sin embargo, su camino hacia el éxito es complicado, ya que se enfrenta a la presión y la competitividad de otras grandes figuras del teatro, como la francesa Sarah Bernhardt, con quien Duse compartía una conocida rivalidad.

Pese a los reveses, Duse se niega a rendirse y busca el apoyo de Gabriele D’Annunzio, conocido como ‘El poeta’, solicitándole que lleve a escena ‘La ciudad muerta’. Así, se reanuda una colaboración que había marcado su juventud, aunque el poeta también era un referente del ultranacionalismo que inspiró a Mussolini.

En un giro dramático, ya en el poder, Mussolini se presenta ante Duse, ofreciéndole una pensión y el pago de sus deudas. Aunque ella acepta el trato, lo hace presionada por su situación de salud, que se ha convertido en una sombra sobre su carrera y sus sueños de construir un templo de teatro.

Además de la historia de Duse, la película explora su relación con su hija Enrichetta y plantea una profunda reflexión sobre la interacción entre el arte y el poder político, mostrando cómo Mussolini intentó convertir a Duse en un símbolo de su régimen fascista.

Marcello ha optado por enriquecer la narrativa incorporando imágenes de archivo que contextualizan el periodo, creando un paralelismo entre la vida de Duse y el dolor colectivo de la época, como se ve en las escenas de duelo por los soldados caídos.

El director ha enfatizado que ‘Duse’ se aleja del formato clásico de biopic, buscando una interpretación profunda de la actriz y de su época, así como el impacto del arte en el contexto sociopolítico. Esta búsqueda se sitúa en una época de postguerra que refleja asuntos que aún resuenan hoy, donde las guerras siguen siendo una realidad inquietante.

En este sentido, Marcello ha cuestionado las similitudes entre el presente y el pasado, señalando la falta de civismo en el mundo contemporáneo, y elogia la capacidad del arte para provocar memoria y conciencia crítica dentro de una narrativa tan rica y llena de matices.

Asimismo, el director ha mencionado las limitaciones de material documental sobre Duse, lo que llevó a una creación libre y a una profunda colaboración con Bruni Tedeschi, describiendo el trabajo con ella como una experiencia de constante celebración.

Marcello también ha mostrado un interés particular en la última etapa de Duse, resaltando su papel como pionera en un tiempo en el que las mujeres eran relegadas a papeles sin relevancia en el teatro.

El filme, que combina música clásica con elementos electrónicos, se presenta como la obra más íntima del director, reivindicando el legado de Duse y su arte, al mismo tiempo que invita a una reflexión crítica sobre el pasado y su significado en el presente.