24h Castilla y León.

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El aumento del ozono en Castilla y León se agrava por el calor y los incendios, afectando especialmente a El Bierzo y la cuenca del Ebro.

El aumento del ozono en Castilla y León se agrava por el calor y los incendios, afectando especialmente a El Bierzo y la cuenca del Ebro.

La asociación Ecologistas en Acción ha lanzado una alarmante advertencia sobre la creciente crisis de contaminación por ozono en Castilla y León, afirmando que la información proporcionada por la Junta no refleja la seriedad de la situación actual.

En su informe más reciente, la organización revela que durante 2025, los niveles de ozono han alcanzado cifras preocupantes no vistas desde 2019, en parte debido a las severas y prolongadas olas de calor que azotaron la región el verano pasado. Las zonas más afectadas se encuentran en la Cuenca del Ebro y El Bierzo, esta última, especialmente impactada por incendios forestales devastadores.

El estudio subraya que a lo largo de 2025, la contaminación por ozono ha extendido su influencia sobre todo el territorio de Castilla y León. La casi totalidad de las estaciones de monitoreo reportaron superaciones de los límites octohorarios establecidos tanto por la normativa vigente como por las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que indica un retorno a las concentraciones que se registraban antes de la pandemia.

En comparación con el periodo 2012-2019, el aumento de los niveles de ozono ha sido significativo, superando el valor límite legal para la protección de la salud en un 6 por ciento en esta región, con El Bierzo y la Cuenca del Ebro mostrando los incrementos más alarmantes, con variaciones del 175 por ciento y el 103 por ciento, respectivamente.

El aumento de la contaminación en El Bierzo parece vinculado a los “extensos y virulentos” incendios de agosto y las operaciones de la central térmica de biomasa de Cubillos del Sil y la cementera de Toral de los Vados. Aquí, los niveles de ozono han superado hasta seis veces el límite que debería informar a la ciudadanía.

A pesar de que en menor medida, ciudades como Burgos y Valladolid también han experimentado un aumento de esta contaminación, hay localidades como Salamanca y el Valle del Tiétar donde se ha registrado una reducción notable de los días con niveles de ozono por encima de los límites permitidos.

Sin embargo, el impacto negativo sigue siendo evidente en toda la comunidad, con más de 25 días en todas las estaciones de medición que han superado las guías de la OMS, brindando una clara señal de que el aire sigue siendo perjudicial para la salud pública.

Las estaciones más afectadas incluyen El Maíllo, Renault en Valladolid y la Miranda de Ebro, que hasta septiembre han reportado entre 82 y 102 días con niveles superiores a lo aceptado. Alarmantemente, las superaciones en estas zonas han crecido un 2 por ciento respecto a la media de 2012-2019.

En contraste, ninguna estación ha excedido el límite más laxo establecido para la salud en más de los 25 días permitidos anualmente durante el trienio 2023-2025, ni los 18 días propuestos por la Unión Europea para 2030.

El informe revela la existencia de tres áreas de notable contaminación en la región: una al norte cercano a las centrales térmicas, otra al sur, afectada por la contaminación de la Comunidad de Madrid y la actividad industrial de Oporto, y un tercer punto en Valladolid, donde el tráfico es un factor clave.

Adicionalmente, las emisiones de hidrocarburos volátiles provenientes de la vegetación y de la actividad ganadera intensiva en algunas comarcas también contribuyen significativamente a elevar las concentraciones de ozono en el aire.

Como resultado, el aire que respira la población de Castilla y León en 2025 se clasifica claramente como perjudicial para la salud, según lo señalado por la OMS.

Frente a esta situación, Ecologistas en Acción ha instado a la Junta a implementar de manera urgente el Plan de Mejora de la Calidad del Aire por Ozono Troposférico, argumentando que hasta la fecha, ninguna de las diecisiete medidas propuestas ha sido llevada a cabo.

La organización también ha enfatizado la necesidad de abordar la contaminación por ozono como una preocupación sanitaria prioritaria, pues se estima que causa anualmente cerca de 600 muertes en la comunidad, mientras que el Instituto de Salud Carlos III ha identificado un exceso de 356 muertes atribuidas al calor y al ozono durante el verano de 2025.

Finalmente, Ecologistas en Acción ha cuestionado la comunicación de las administraciones públicas respecto a este problemático tema, alegando que la información proporcionada a la ciudadanía es insuficiente y no refleja la gravedad real de la contaminación. Critica que la Junta se ha limitado a emitir un aviso rutinario en momentos de alta contaminación sin seguir los protocolos necesarios.

Para avanzar, la organización ha señalado que las estrategias más eficaces para reducir la contaminación por ozono incluyen disminuir el uso de vehículos, realizar un cambio hacia disolventes más ecológicos, promover el ahorro energético, regular el despliegue de energías renovables y establecer penalizaciones fiscales para vehículos diésel y la aviación, así como una moratoria en la creación de nuevas macrogranjas.