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"El imputado por el atropello a tres camioneros declara: 'No los vi debido a la nube de polvo de un extintor'"

En una reciente declaración, la Guardia Civil ha confirmado que el trágico accidente ocurrido en la A-62, en las cercanías de Tordesillas, fue completamente evitable. El conductor del camión, Marco Antonio H.C., se encontraba en un estado de manifiesta desatención cuando impactó contra tres colegas camiones que intentaban apagar un incendio en uno de los vehículos.

El accidente, que tuvo lugar el 18 de enero de 2021, resultó en la muerte de tres transportistas y ha llevado a Marco Antonio a enfrentar cargos por homicidio imprudente, que podrían acarrear una pena de cinco años de prisión, además de la obligación de pagar casi un millón de euros en indemnizaciones a las familias de las víctimas.

Durante el juicio en la Audiencia de Valladolid, el acusado relató que ese día viajaba hacia Salamanca y, al encontrarse con una "nube de polvo" en la carretera, no se percató a tiempo del camión que había estacionado en el arcén debido al incendio. Según su versión, solo se dio cuenta de la gravedad de la situación después de haber detenido su vehículo y visto las llamas. Se acercó al lugar del accidente con un extintor, donde se encontró con la devastadora escena de sus compañeros fallecidos.

Marco Antonio argumentó que no vio el incendio ni las luces de advertencia de los camiones pertenecientes a Antonio N.A., Pedro A.D.S., y Alberto R.M., quienes estaban ayudando a extinguir el fuego en uno de los vehículos. Aunque el acusado negó estar manipulando su teléfono al momento del accidente, la investigación posterior de la Guardia Civil constató que no había registros de actividad en su celular durante ese tiempo.

El juicio ha incluido testimonios de numerosos conductores que estaban en la carretera al momento del siniestro. Mientras algunos afirmaron que la visibilidad era adecuada, otros explicaron que las condiciones eran complicadas y que el conductor del camión incendiado no había instalado triángulos de señalización, lo que pudo haber contribuido a la tragedia.

En contraste, varios testigos, incluidos miembros del cuerpo de bomberos que llegaron al lugar, sostuvieron que la visibilidad era suficiente y que el humo del incendio no obstaculizaba la visión. A pesar de la oscuridad de la noche, se enfatizó que las luces de los camiones estaban encendidas, lo que debería haber alertado a los conductores sobre la situación.

Un miembro de los bomberos, José Luis J., relató la desoladora escena que encontró al llegar al lugar del accidente. Las condiciones en la carretera, según él, no eran adversas, aunque reconoció que el uso del extintor podría haber levantado polvo que dificultara la visibilidad para quienes se encontraban en las cercanías.

Un testimonio impactante también provino de Ángel B., otro camionero que tuvo que maniobrar para evitar el accidente. Describió haber visto uno de los cuerpos de los fallecidos en un estado desgarrador. Su versión inicial ante las autoridades incluía la posibilidad de que hubiera pasado sobre alguno de los compañeros de profesión, aunque en juicio no mantuvo esa afirmación.

En el análisis técnico del accidente, los peritos de la Guardia Civil determinaron que podría haberse evitado si el conductor hubiera actuado con mayor atención. A tan solo 22 metros del obstáculo, realizó una maniobra evasiva tardía, lo que muestra una falta de concentración al volante. La investigación también concluyó que el camión en llamas debería haber sido visible desde al menos 89 metros de distancia, sugiriendo que una intervención más rápida podría haber cambiado el desenlace.

La Audiencia de Valladolid continuará el juicio mañana, donde se presentarán los argumentos y las defensas en este caso tan trágico y conmovedor que ha dejado profundos impactos en la comunidad de transportistas.