24h Castilla y León.

24h Castilla y León.

Estudio revela que la mayoría de las muertes de lobos en Europa son provocadas por humanos.

Estudio revela que la mayoría de las muertes de lobos en Europa son provocadas por humanos.

LEÓN, 27 de septiembre. Un alarmante estudio a nivel global ha revelado que un 86% de las muertes de lobos en Europa son atribuibles a actividades humanas. Este trabajo, respaldado por la Universidad de León (ULE), busca convertirse en una guía esencial para el desarrollo de políticas efectivas en la gestión de la especie.

El estudio, denominado "Patrones y Determinantes de la Mortalidad en el Lobo Gris", ha sido publicado en la reconocida revista "Mammal Review" y se presenta como el análisis más exhaustivo realizado hasta la fecha sobre la mortalidad de los lobos.

La investigación ha sido encabezada por la experta postdoctoral Ana Morales-González, de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). Además, incluye la colaboración de la Universidad de Oviedo y cuenta con la coautoría de Héctor Ruiz-Villar, un investigador de la ULE. Juntos, han recopilado datos de 140 estudios científicos procedentes de diversas regiones del hemisferio norte.

Entre los hallazgos más significativos, se indica que tres de cada cuatro lobos, es decir, un 74% de los casos, mueren a causa de la actividad humana en Europa y América del Norte. Este porcentaje alcanza un alarmante 86% en el continente europeo, lo que pone de manifiesto la grave amenaza que enfrenta la especie.

Ruiz-Villar ha destacado que el artículo subraya la presión significativa que sufren los lobos en entornos humanizados, lo que es crucial para identificar patrones demográficos a nivel global en esta especie, vital para el equilibrio de los ecosistemas, según un comunicado de la ULE enviado a Europa Press.

Los datos revelan que aproximadamente el 60% de las muertes de lobos son el resultado de persecución, ya sea mediante caza legal o ilegal. En Europa, la mortalidad por intervención humana es notablemente alta, mientras que en América del Norte se ha registrado un 66% de muertes causadas por el ser humano.

Este significativo aumento en las muertes humanas limita drásticamente las muertes atribuibles a causas naturales, como peleas entre individuos, enfermedades o falta de alimento, que son relativamente escasas, especialmente en Europa.

Los investigadores enfatizan que, además de ofrecer una sólida base científica, los hallazgos poseen un valioso componente práctico, ya que establecen un marco de evaluación robusto para la formulación de políticas de gestión del lobo, particularmente en un momento en que sus poblaciones están en expansión en Europa.

La revisión no solamente ofrece datos estandarizados a nivel global para futuras investigaciones, sino que también es fundamental para las estrategias de conservación de este carnívoro nativo.

Los autores resaltan que ante el contexto actual de relajación en las normas de protección del lobo, se vuelve crucial considerar el alto riesgo de mortalidad que enfrentan los lobos que cohabitan con humanos, lo cual impacta directamente en la evaluación del estado de las poblaciones de esta especie.

Otro dato importante que se desprende del estudio es que los lobos dispersos, aquellos que abandonan su grupo natal para formar nuevos, enfrentan una tasa de mortalidad considerablemente más alta que los individuos que permanecen en sus manadas. Esto evidenciaría la vulnerabilidad de los jóvenes al tener que cruzar territorios inhóspitos y altamente intervenidos.

Asimismo, el estudio revela que la mortalidad natural y la causada por humanos son factores complementarios, complicando aún más la conservación de la especie en entornos dominados por la actividad humana.

Los investigadores también hacen hincapié en que la escasez de información en áreas remotas, como el Ártico y Siberia, limita la comprensión de las dinámicas de mortalidad natural de los lobos.

Por último, el trabajo examina cómo diversos factores individuales, sociales y ambientales afectan la mortalidad de los lobos, incluyendo aspectos como el tamaño de los grupos y la pérdida de ejemplares reproductores, factores que deben ser integrados en modelos de proyección poblacional para optimizar las estrategias de conservación.

Este estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación, así como por fondos europeos FEDER y FSE+, además del apoyo de la Junta de Andalucía.