El Tribunal Supremo ratifica condena de 9 años por abuso sexual a la amiga de la hija, mientras dormía.
VALLADOLID, 23 de octubre. El Tribunal Supremo ha rechazado el recurso de casación presentado por L.A.A.S., un hombre de nacionalidad paraguaya, contra la condena de nueve años y un día de prisión impuesta por la Audiencia de Valladolid por el delito de abuso sexual continuado a una niña de 9 años, amiga de su hija. El condenado accedió a la habitación donde ambas menores dormían y llevó a cabo tocamientos inapropiados.
Con este fallo, la sentencia de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, previamente ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León el pasado enero, se mantiene firme. Además de la pena de prisión, L.A.A.S. no podrá ejercer su derecho al sufragio pasivo durante el periodo de condena y estará sujeto a una orden de alejamiento de la víctima, prohibiéndole cualquier contacto y acercamiento a menos de 200 metros durante diez años y un día, según indicaron fuentes legales a Europa Press.
La decisión judicial también incluye una medida de libertad vigilada de cinco años que se cumplirá tras la pena privativa de libertad, así como una inhabilitación especial para cualquier trabajo que implique contacto regular con menores, por el mismo período. Además, el condenado deberá indemnizar a la víctima con 9.000 euros por daño moral, sumado a los intereses legales desde la fecha de la sentencia, y deberá asumir los costes del proceso, que incluye la representación de la acusación particular.
La principal evidencia en este caso fue la declaración de la menor, recogida el 11 de enero de 2023, que fue visualizada durante el juicio. Según el tribunal, el testimonio resultó convincente, lleno de detalles sobre los acontecimientos previos y los hechos en cuestión, suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado.
Durante el juicio, L.A.A.S. se declaró inocente y sugirió que la denuncia fue un acto de venganza por parte de la madre de la niña, con quien supuestamente tuvo una relación extramarital años atrás. Alegó que la madre buscaba perjudicarlo utilizando a su hija como herramienta en este conflicto personal.
El acusado admitió que la menor había pasado la noche en su casa en varias ocasiones, aunque insistió en que nunca hizo nada inapropiado. Reiteró que en ninguna de esas noches había entrado en la habitación de las niñas con intenciones maliciosas, defendiendo su inocencia de forma vehemente.
Sin embargo, su defensa se desmoronó cuando se presentó un video con la declaración de la menor realizada ante psicólogos forenses, donde narraba con claridad cómo el acusado la había agredido en varias ocasiones. Los expertos consideran que su relato es creíble, ya que presenta características típicas de un testimonio genuino.
La niña recordó que, en al menos dos ocasiones, el condenado entró en el cuarto donde dormía ella y su amiga. Relató que el acusado se sentó al pie de la cama, tocándola de una manera inapropiada, llegando a causarle daño físico. Según su relato, temía por su seguridad y decidió no hablar sobre lo sucedido por miedo a represalias.
Por su parte, la madre de la niña, que también negó haber tenido relaciones con el acusado, contó cómo descubrió la situación cuando su hija, tras un episodio emocional, confesó lo ocurrido. Al recibir la revelación, contactó directamente con L.A.A.S. para pedirle explicaciones, recordando con detalle la conversación que tuvieron.
El juicio contó con varios testimonios, entre ellos los de la esposa y la hija de L.A.A.S., quienes defendieron su versión de los hechos. A pesar de esto, la declaración de su hija no logró convencer al tribunal, que reafirmó la credibilidad de la menor y el impacto de los sucesos en su vida.
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