Un fuerte despliegue policial logró prevenir un violento enfrentamiento entre aficionados en Huerta del Rey durante el partido entre el Sporting de Gijón y el Real Valladolid, un encuentro catalogado como de alto riesgo. La intervención se produjo en el contexto de una planificación exhaustiva diseñada para asegurar el buen desarrollo del evento, en el que asistieron más de 18.300 personas.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirmaron a Europa Press que la Policía Nacional levantó un total de 131 actas durante la jornada. Los agentes también confiscaban una navaja y material relacionado con el extremismo. La actuación preventiva fue crucial para evitar que un conflicto entre dos grupos de seguidores radicales escalara, lo que llevó a la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) a aplicar medidas de control, incluyendo el uso de defensas para mantener el orden.

Los policías presentes se encargaron de separar a las aficiones enfrentadas, logrando restablecer la calma tras un intento de violencia. Durante las requisas, se encontraron con protectores de mandíbula y capuchas, así como otros objetos peligrosos. Del total de actas, 77 correspondieron a seguidores del Sporting y 48 a los del Valladolid. A todos estos individuos se les notificará sobre posibles sanciones administrativas por infringir la Ley 19/2007, que combate la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.

Para mayor seguridad, las fuerzas policiales trabajaron en coordinación con la Policía Municipal para contener a los radicales del Sporting, quienes fueron informados de que no podían ingresar al estadio tras su altercado con la afición local. Después de esto, fueron escoltados hacia su medio de transporte para regresar a Gijón, evitando así cualquier posible incidente adicional.

Previo al inicio del partido, ya se habían registrado otros conflictos, como el de dos aficionados del Sporting y dos del Valladolid, lo que resultó en la emisión de actas. Otro seguidor visitante fue sancionado por intentar acceder al estadio por una entrada incorrecta, saltando las vallas de la grada hasta llegar a los seguidores asturianos.

A lo largo del partido, la situación se volvió a complicar cuando se expulsó a ocho aficionados del Sporting de un palco, quienes estaban gestionando una discusión con la afición local, lo que podía desencadenar otro conflicto. Las autoridades planean revisar las grabaciones del encuentro para determinar si se deben imponer más sanciones bajo la Ley del Deporte.

Durante el evento, también se requirió atención médica para un espectador que sufrió una indisposición dentro del estadio. Tras finalizar el partido, el dispositivo de seguridad se mantuvo activo hasta que el recinto y sus alrededores quedaron desiertos tras la salida de los 18.307 asistentes.

La Policía Nacional reiteró su postura en contra de la violencia, enfatizando que estas conductas no tienen cabida en el deporte y que aquellos que pongan en riesgo la seguridad durante eventos deportivos podrían enfrentarse a severas sanciones por violar la Ley 19/2007.