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El ex pareja de la enfermera española asesinada en Bruselas confiesa el crimen.

El ex pareja de la enfermera española asesinada en Bruselas confiesa el crimen.

BRUSELAS, 9 de octubre. Una conmocionante historia de violencia y desamor se desenvuelve en la capital belga, donde hoy ha comenzado el juicio por el asesinato de la enfermera española Teresa Rodríguez Llamazares. Este tétrico suceso, acontecido casi tres años atrás a manos de su expareja César Arribas Calvo, se abre paso en los tribunales con el acusado confesando haberla apuñalado hasta causar su muerte.

Durante la primera sesión ante el Tribunal, Arribas, de 26 años y guardia civil en prácticas hasta su reciente expulsión, admitió que su actuación estuvo marcada por un amor que se tornó obsesivo. "Estaba ciego por el amor, era también una obsesión", reveló ante la presidenta del Tribunal al ser cuestionado sobre su viaje a Bruselas, a pesar de que la relación ya había concluido.

El proceso judicial, que se prolongará durante una semana, está siendo llevado a cabo en la Sala Solemne del Tribunal de lo Penal de Bruselas. Un jurado popular compuesto por 12 miembros, ocho hombres y cuatro mujeres, evaluará las pruebas presentadas y sus deliberaciones finales se esperan para el próximo 16 de octubre.

En el acto de acusación leído por la Abogada General, Arribas enfrenta graves cargos que incluyen asesinato premeditado y posesión de armas punzantes. Este escalofriante caso arroja luz sobre la violencia de género y la profunda crisis emocional que puede llevar a actos de tal barbarie.

La noche del 27 de octubre de 2022, el horror se desató cuando Arribas asestó 153 puñaladas a Teresa mientras ella yacía en su cama. Tras la tragedia, el agresor intentó suicidarse arrojándose desde la ventana, un acto que revela la tormenta de emociones que lo consumía en esos momentos.

Arribas, durante su testimonio, expresó su confusión y desesperación en los momentos previos al crimen, afirmando que su vida estaba intrínsecamente ligada a la de Teresa y que no podía imaginar su existencia sin ella. La joven, que se había trasladado a Bruselas unos meses antes para perfeccionar su formación en enfermería, había tomado la decisión de romper su relación a pesar de la insistencia de Arribas por reavivarla.

El acusado explicó que su viaje a Bruselas fue impulsado por la necesidad de recuperar a su expareja, ignorando su reciente relación con otro estudiante. A pesar de las señales claras de su incomodidad, Arribas se alojó en el domicilio de Teresa, pero luego optó por pasar la última noche en un albergue cercano tras su petición de que se marchara.

En un intento por obtener el perdón de ambas familias, Arribas se mostró penoso ante el Tribunal, afirmando que sus acciones fueron el resultado de una profunda alteración emocional y que no supo controlar sus impulsos. Detalló cómo la confrontó pidiendo recuperar unos objetos olvidados y la trágica secuencia de eventos que culminó en su terrible acto de violencia.

Las investigaciones revelaron que, en la víspera del crimen, Arribas había realizado búsquedas en Internet sobre cómo matar y adquirir cuchillos, lo que plantea preguntas inquietantes sobre la premeditación detrás de sus actos. Además, se encontró un borrador de una nota en uno de sus dispositivos donde pedía perdón por "lo que iba a hacer", lo que podría indicar una conciencia de la magnitud de sus acciones.