VALLADOLID, 12 de octubre. La situación en el ámbito laboral y de confianza en el sector de transportes ha cobrado relevancia tras la reciente detención de un empleado por presunto hurto. Aunque ya ha sido liberado, su caso ha dejado al descubierto un incidente con paquetes robados valorados en 950 euros.

Los acontecimientos que llevaron a esta actuación policial iniciaron el 11 de septiembre, cuando las autoridades recibieron una denuncia relacionada con la desaparición de varios envíos que nunca llegaron a sus destinos. Las investigaciones subsiguientes apuntaron hacia un repartidor, quien no pudo justificar la ausencia de los paquetes asignados, según la información proporcionada por la Policía Nacional.

Durante el periodo crítico entre el 3 y el 10 de septiembre, se registraron distintas desapariciones de artículos que incluían una placa vitrocerámica de 129 euros, un microondas de 47,28 euros, ropa de trabajo valorada en 270,60 euros, productos farmacéuticos avaluados en 306,15 euros y un paquete adicional que costaba 200 euros.

Al ser confrontado por la empresa sobre la situación de los objetos sustraídos, el trabajador alegó no tener conocimiento de su paradero. Pocos momentos después, optó por solicitar la baja voluntaria, quizás anticipando las repercusiones de sus acciones.

La diligente labor de la Policía permitió dar con el individuo, quien fue detenido el 10 de octubre. Aunque el proceso judicial sigue su curso, hasta el momento el hombre ha sido liberado tras prestar declaración, un desenlace que deja abierta la discusión sobre la confianza en el manejo de bienes ajenos en el sector del transporte.