VALLADOLID, 10 de julio. En una reciente rueda de prensa, el consejero de Economía y Hacienda y portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, anunció una significativa reducción en el número de camas hospitalarias disponibles durante el verano, disminuyendo un 5 por ciento, lo que equivale a 343 camas que ahora se reservan para situaciones específicas que puedan surgir.

Fernández Carriedo explicó que esta decisión forma parte de un plan de contingencia sanitaria estival diseñado para asegurar una atención médica adecuada frente a las variaciones en la demanda que caracterizan la temporada de calor. Este plan busca adaptarse a las particularidades del verano, incluyendo la necesidad de que los profesionales de la salud tomen sus vacaciones, así como los desplazamientos masivos de personas a áreas determinadas.

El consejero también destacó que durante esta época del año, los riesgos sanitarios pueden aumentar, como es el caso de las intoxicaciones alimentarias y los accidentes que ocurren en actividades al aire libre o durante el baño. Estas circunstancias, apuntó, son las que justifican la creación de una reserva estratégica de camas para hacer frente a eventuales emergencias.