El autor del crimen de Teresa revela que era consciente de que ella estaba sola en su hogar de Bruselas al momento de atacarla.

BRUSELAS, 10 de octubre. En un giro escalofriante del caso que ha mantenido en vilo a la opinión pública, César A.C., confeso asesino de la enfermera española Teresa Rodríguez, reveló en el día dos de su juicio en Bruselas que había enviado un desesperado mensaje de disculpas a su familia antes de cometer el crimen. La tragedia ocurrió en la madrugada del 27 de octubre de 2022, momento en el que César, sabiendo que Teresa estaba sola en su hogar, se dirigió a su apartamento, ya que su compañera de piso se encontraba de viaje.
Por primera vez desde que se inició el juicio, César admitió que conocía la situación; algo que había negado repetidamente a lo largo de la investigación y durante su primera declaración en el tribunal. Este cambio en su testimonio se produjo tras la proyección de una grabación de reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores en 2023, donde su madre había afirmado conocer la ausencia de la compañera de su hija.
En los momentos previos al brutal ataque, César, quien en ese entonces era un Guardia Civil en prácticas de 26 años, había viajado a Bruselas con la intención de "recuperar" a Teresa, a pesar de que ella había decidido poner fin a su relación meses antes. Durante su estancia, se había alojado brevemente en el apartamento de Teresa, pero el día anterior al asesinato, había sido requerido por ella a que abandonara el lugar y pasó la noche en un albergue.
En la mañana del crimen, César subió al piso de Teresa bajo el pretexto de buscar unas tarjetas que había olvidado. Mientras ella estaba en su habitación, él tomó dos cuchillos de la cocina, los escondió y se dirigió a su encuentro, donde perpetró un ataque inhumano con 153 puñaladas. Durante su testimonio, describió cómo apagó la luz de la habitación antes de acometer el ataque, mientras Teresa intentaba defenderse y clamaba por ayuda.
"Mi primera intención al verla sentada fue apagar la luz, ya que mi objetivo era ir a por ella y acuchillarla", relató el acusado, quien enfrenta cargos graves de asesinato y posesión de armas punzantes. En Bélgica, estos delitos pueden conllevar penas de prisión de por vida.
En un intento de explicar su comportamiento después del crimen, César admitió que movió el cuerpo de Teresa, cuando ella ya estaba sin vida, con la intención de lanzarse por la ventana junto a ella. Al no lograrlo, confesó que intentó suicidarse arrojándose por otra ventana, lo que dejó claro el tormento que lo enfrentaba en esos momentos.
Previamente a la tragedia, César había escrito una carta dirigida a su familia a través de la aplicación Google Keep, donde se disculpaba por sus intenciones violentas. Sin embargo, ese mensaje nunca llegó a ser recibido, aunque intentó enviarlo en un grupo de WhatsApp mientras se dirigía al apartamento de Teresa, lo que añade una capa más de horror a esta ya desgarradora historia.
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