
LEÓN, 14 de noviembre.
Recientemente, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha dado un importante paso en la lucha contra la caza furtiva en el Parque Natural de Babia y Luna, situado en León. En este operativo, se logró identificar a tres individuos que estaban involucrados en prácticas ilegales, como la caza furtiva y el uso de métodos prohibidos para la captura de fauna. Entre los elementos confiscados se encuentran dos rebecos abatidos, un rifle de caza mayor, un visor térmico, casquillos de munición y dos precintos correspondientes a caza mayor.
El Instituto Armado ha señalado que desde principios de septiembre, la patrulla del Seprona en Villablino desarrollaba una intensa labor de vigilancia en el parque natural, con el objetivo de detectar actividades relacionadas con la comercialización ilegal de permisos de caza que permiten la captura de especies de caza mayor.
Estos permisos son especialmente críticos, ya que autorizan la caza del rebeco cantábrico, una especie que se encuentra en riesgo. La problemática se agrava aún más cuando los cazadores incurren en la captura de estos animales utilizando métodos prohibidos, lo que representa una grave violación de las normas de conservación y protección de la fauna.
En el marco de la operación denominada 'Ubiñas', la patrulla del Seprona logró sorprender a los tres cazadores en el acto, encontrándolos con dos rebecos muertos y diversos elementos relacionados con la caza, incluyendo un rifle y un visor térmico. Todos estos efectos fueron debidamente decomisados por las autoridades.
Durante la identificación, se iniciaron varios procedimientos administrativos debido a la caza aparentemente realizada en un terreno vedado, que está adjunto a un coto privado de caza. Esta situación pone en evidencia la grave falta cometida por los cazadores, quienes ahora enfrentan serias consecuencias legales.
En consecuencia, los tres cazadores podrían recibir multas que van desde los 2.000 hasta los 10.000 euros, además de la posibilidad de que se les retire la licencia de caza por un período de uno a tres años, así como la obligación de indemnizar al titular de los derechos de caza por la pieza abatida.
Adicionalmente, la caza realizada fuera del acotado podría acarrear penas de multa de ocho a doce meses, junto con la inhabilitación para el ejercicio de la caza durante un período de dos a cinco años, así como la prohibición de tenencia y porte de armas, lo que refleja la gravedad de las infracciones cometidas en este caso.
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