
El último censo nacional del lobo, correspondiente al periodo 2021-2024, ha revelado datos alentadores sobre la población de esta emblemática especie en España. Se han contabilizado un total de 333 manadas, lo que representa un aumento del 12% con respecto a los 297 grupos que se registraron en el censo de 2012-2014. Esta información, proporcionada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), sugiere que el lobo podría estar alcanzando una fase de estabilidad en el país.
El MITECO ha destacado que hay un crecimiento moderado y una expansión de los lobos en los márgenes de su distribución, además de una consolidación de sus poblaciones en las áreas donde históricamente han estado presentes, como Galicia, Asturias y Castilla y León. Sin embargo, advirtió que el número total de manadas todavía no alcanza el umbral de 500, cifra considerada crítica por los expertos para garantizar la viabilidad genética de la especie a largo plazo.
“Los datos de este censo son fundamentales para determinar si el estado de conservación del lobo se considera positivo o negativo, según los estándares establecidos por la Unión Europea”, afirmó un portavoz del ministerio.
Este censo, que es el segundo realizado en la historia, refleja que la mayor concentración de manadas se encuentra en Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. En contraste, comunidades como el País Vasco, Madrid, Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura presentan un número ínfimo de manadas y son considerados territorios en expansión.
La metodología empleada para el censo fue consensuada por el Grupo de Trabajo del Lobo, lo que permite la comparación de datos con el censo previo. Los trabajos de campo fueron ejecutados por las comunidades autónomas bajo la supervisión de técnicos y especialistas en la materia.
El MITECO, por su parte, se encargó de la recolección de datos y la coordinación a nivel nacional, contando con un coordinador científico para asegurar la precisión de la información. Para la estimación del número total de manadas, se consideraron tanto aquellas que habitan en una única comunidad como las que se extienden por varias de ellas, evitando así duplicidades en los conteos.
Los resultados concretos indican que Castilla y León lidera con 193 manadas (160 de ellas exclusivas y 33 compartidas), seguida de Galicia con 93 (83 exclusivas y diez compartidas), Asturias con 45 (33 exclusivas y doce compartidas) y Cantabria con 23 (14 exclusivas y nueve compartidas).
En términos de crecimiento, Cantabria es la comunidad que ha visto el avance más notable, casi duplicando sus manadas al pasar de 12 a 23. En Asturias, el aumento fue del 17,8% (de 37 a 57), y en Galicia se registró un incremento del 9,7% (de 84 a 93). Castilla y León también experimentó un crecimiento, aunque más modesto, del 7,3% (de 179 a 193).
Fuera de las comunidades destacadas por su abundancia de lobos, Madrid cuenta con cinco manadas (tres exclusivas y dos compartidas), al igual que La Rioja. Castilla-La Mancha tiene cuatro (dos exclusivas y dos compartidas), mientras que Extremadura presenta solo una manada compartida.
Comparando con el censo anterior, en 2012-2014, tanto el País Vasco como La Rioja contaban con una manada compartida cada uno. La Comunidad de Madrid tuvo una manada exclusiva, Castilla-La Mancha una manada exclusiva y otra compartida, y Extremadura no tenía población de lobos en ese momento.
El Ministerio indicó que no se han detectado manadas estables en Aragón ni en Cataluña, aunque ocasionalmente se han avistado individuos en la zona, sin confirmación de reproducción. A su vez, este año se ha registrado la primera manada reproductora en Extremadura en varias décadas.
En términos generales, el censo muestra una expansión neta en la población de lobos hacia las periferias de su área establecida, especialmente en regiones limitantes de Castilla y León, que comparten frontera con comunidades como Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, La Rioja y el País Vasco.
El MITECO enfatizó que este censo se llevó a cabo en un momento donde el lobo goza de una protección especial a nivel nacional, ya que desde 2021 está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
No obstante, advirtió que tras la reciente aprobación de la Ley de Desperdicio Alimentario y la modificación del estatus del lobo dentro del Convenio de Berna, es probable que las comunidades donde habitan las principales poblaciones del lobo retomen la autorización para la caza de la especie en la próxima temporada de otoño/invierno.
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