Las Carmelitas de Alba de Tormes defienden el respeto: prohíben fotografías del cuerpo de Santa Teresa.

En Madrid, el 19 de mayo, las Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes han hecho un llamado claro sobre la exposición del cuerpo de Santa Teresa, que desde el 11 de mayo se encuentra en la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen. Las monjas han expresado su descontento por las fotos tomadas y compartidas del cuerpo de la santa, enfatizando que nunca respaldaron esta práctica.
La madre Elsa, priora de la comunidad, ha declarado a Europa Press que la intención detrás de la exposición no era la de captar la atención de los medios ni la de permitir que se documentara el estado de los restos mortales. Subrayó que en la iglesia existen carteles que prohíben expresamente la toma de fotografías y videos, reafirmando que son las primeras en rechazar esta actividad.
La madre Elsa explicó que la decisión de exponer el cuerpo de Santa Teresa se tomó exclusivamente con el fin de fomentar su veneración, pues se trata de un evento excepcional: la extracción del cuerpo del sepulcro después de más de un siglo para su estudio por especialistas italianos en conservación. La última vez que se pudo venerar esta reliquia fue en 1914, cuando se mostró en el coro de las monjas.
En esta ocasión, la comunidad ha optado por presentar el cuerpo en la iglesia de forma que sea accesible a todos los fieles, lo cual ha resultado en una notable respuesta por parte de la comunidad. La priora mencionó que en la primera semana de la exposición ha habido una gran afluencia de devotos, con tantos asistentes que a menudo no hay espacio suficiente en el interior de la iglesia, lo que lleva a los fieles a abarrotar la plaza exterior.
Aunque la madre Elsa reconoce que hay diversas opiniones al respecto, pues algunos pueden considerar la exposición inapropiada o incluso macabra, también resalta la devoción que muchos muestran hacia la santa. Ella entiende que, después de cuatro siglos bajo tierra, el estado de conservación del cuerpo es sorprendente y, aunque algunos visitantes podrían esperar un cuerpo embalsamado, la realidad es distinta.
Las religiosas incluso hubieran preferido presentar la urna cubierta por respeto, pero decidieron que esta sería una oportunidad extraordinaria, dado que solo es la tercera vez que se abre el sepulcro desde la muerte de Santa Teresa. Con esta iniciativa, buscan no solo la reverencia hacia su figura, sino también un profundo respeto por la historia y la espiritualidad que ella representa.
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